En noches como esta,
cuando el silencio se adueña de la casa
y solo mis pasos resuenan por los rincones vacíos,
me pierdo en un laberinto de recuerdos.
Sombras danzan a mis pies,
testigos mudos de caminos,
de secretos guardados.
Los grillos entran por la ventana,
cantando soledad fundida
confundida con mis pensamientos,
cantan momentos perdidos,
palabras no dichas,
sueños rotos
que se esconden en rincones oscuros.
En estas noches de aire pesado,
el pasado se desdibuja ante mis ojos,
mientras las sombras borran huellas,
cicatrices,
las marcas de días de olvido.
Me sumerjo en la cama,
buscando refugio en el sueño,
las fuerzas que a diario flaquean
se rinden ante la noche,
y se quedan tiradas en la escalinata del día.
La noche incrementa el calor,
me envuelve en su abrazo sofocante
mientras mis sueños se desvanecen,
como gotas de agua que se evaporan en la almohada.
Noches de días secos,
sin diluvios que todo lo ahoguen.
las sirenas de la calle llenan el vacío entre mi boca y tu oído
y los segundos se van como suspiros,
mientras mis latidos se desvanecen en la oscuridad.
Edumonch
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